Antonio Roldán

Obra inédita

Cantares y coplas

Portada > Cantares y coplas > Paisajes

Cúbrete bien con tu manto
que, con la helada, la noche
se está vistiendo de blanco.

La luna prende en la noche
sus alamares de plata.
Los arroyuelos murmuran
y sueñan las rosas blancas.

La brisa canta al rocío
cuando duerme en el rosal,
y en su lecho de cristal
el agua canta en el río.

Borracho de sol y vino,
borracho de vino y sol,
así voy por el camino.

El arroyo pasaba
bajo el cerezo,
y el cerezo bajaba
por darle un beso.

El agua pasa y se va
y, por mucho que quisiera,
ya no volverá a pasar.

¡Qué bonita la luna
cuando se asoma,
con su brillo de plata
tras de la loma!

Un lucero se ha caído
en el fondo de un estanque.
Dile a la luna que venga
y que la luna lo saque.

Le dijo la luna al río:
Como van tus aguas turbias
ya ni siquiera me miro.

La noche se acerca
el sol se perdió,
la última copla
te la canto yo.
(Fragmento de poema)

Camino, camino llano.
¡Ay, quién fuera de camino
llevándote de la mano!

La tarde se adormecía
cuando el sol se iba perdiendo
¡qué bonita parecías
con el sol sobre tu pelo!

Campanas a la oración
y golondrinas al alba,
en tu reja los claveles
y la alegría en tu cara.

En un caminito largo,
si no llevas compañía
¡qué camino tan amargo!

Carreterita adelante
va siempre la caravana.
Donde duerman esta noche
ya no dormirán mañana.

La luna viene pintando
encajes de luz y sombra.
La luna pinta que pinta,
pero el sol borra que borra.

El agüita del arroyo
corre y pasa murmurando
en tanto que tú te ríes,
tu risa yo estoy mirando...
 
(Escrita detrás de un foto)

Por el arroyo arriba
van los jilgueros
mirando si están solos
los bebederos.

El agua del arroyuelo
se para cuando la luna
baja a mojar su pañuelo.

Se cayó al agua un clavel,
y el agua se volvió loca
al poder jugar con él.

Cuando se durmió la noche
la luna bajó a la tierra,
cogió un ramo de claveles
y fue a mirarse a la alberca.

¡Qué coquetona es la luna,
toda la noche la pasa
mirándose en la laguna!

En la rama del olivo
se ha prendido tu cantar,
déjame que mire, mire,
déjame, niña, mirar,
que la copla se ha perdido,
niña, por el olivar.
(Fragmento de poema)

Te voy abriendo camino
por en medio de las zarzas,
las espinas que me clavo
mantienen mis esperanzas.

En el aire y en la brisa,
se confunden mis suspiros
con los ecos de tu risa.

Como mi caballo sabe
que tú me estás esperando,
se recorre, alegremente,
el camino galopando.

El pajarillo alegre
canta en el trigo,
y la niña le dice
vente conmigo.
Vente, que vamos
a comernos la fruta
de los manzanos.

Cuando voy por los caminos
solo voy, solo con Dios,
y para que Dios me escuche
voy cantando a media voz.